Antes de comenzar a desarrollar mi opinión respecto al título de esta entrada, quisiera agradecer la confianza que depositáis día a día en este humilde blog. Durante el último año, desde julio de 2010 a julio de 2011, han sido vistas 300.000 páginas de este blog, con una media de más de 300 visitas nuevas diarias. Estas cifras son lo suficientemente importantes, al menos lo son para mí, como para sentirme tremendamente satisfecho y me animan a seguir en la brecha. Gracias a todos.
Leía hace poco un magnífico artículo de Juan Antonio Carreras titulado POLICÍAS LOCALES NINGUNEADAS, publicado en el diario La Opinión de Murcia el 27 de julio de 2011 y reproducido en su blog, sobre el olvido al que se ven sometidas, en muchas ocasiones, las policías locales. Tal y como bien dice Carris en su artículo, en muchas ocasiones (en más de las deseadas) las policías locales son ninguneadas y dejadas al margen de las intervenciones, a pesar de haber sido las que hayan dado inicio a las mismas. En otras ocasiones simplemente se cuestionan las competencias o la capacidad de los cuerpos de policía local para realizar determinadas funciones, a veces sin ningún tipo de fundamentación.
Este artículo de Carris me trajo a la memoria un episodio del que fui protagonista, hace ya algunos (bastantes) años, junto a mi entonces compañero de patrulla (ahora gusta más llamarles “binomio”).
En aquella ocasión habíamos recibido información sobre un posible alijo de una determinada cantidad de drogas, concretamente de hachís, en un vehículo cuyo conductor se disponía a salir de la ciudad con el cargamento. Después de varias peripecias pudimos localizarlo, comprobamos que era cierta la información y procedimos a la detención del conductor, a la incautación del vehículo y a la aprehensión de la sustancia. Era la primera ocasión que en nuestro cuerpo se lograba incautar una cantidad elevada de esa sustancia.
Algunos minutos más tarde, ya en Jefatura y cuando aún no habíamos superado la satisfacción por lo que entendíamos había sido un buen servicio, tuvimos el honor de recibir la visita de dos miembros de un cuerpo de seguridad del Estado interesados en ese servicio. Después de una corta reunión de ambos agentes con el por entonces Jefe de la Policía Local, recibimos instrucciones precisas para que incluyéramos en diligencias la referencia de que ese servicio se había logrado culminar gracias a la colaboración de ambos cuerpos, aún cuando ellos no habían participado en ningún momento de la intervención. Tuvimos que tragarnos nuestro inicial desconcierto y nuestro orgullo y aceptar lo que se nos imponía por mor de la, tantas veces invocada, colaboración policial. En aquel momento no entendíamos nada (quizás éramos demasiado jóvenes e inexpertos), pero nos vimos obligados a aceptar aquella “imposición” como mal menor, que, en ningún caso, nos restaría protagonismo. Al menos eso creíamos en aquel momento.
Días más tarde la noticia se hizo pública en los medios de comunicación, pero ya no aparecía la policía local como autora de la intervención sino como simple colaboradora del cuerpo de seguridad del Estado al que pertenecían los dos extraños visitantes. La noticia venía a decir que la detención y la aprehensión se drogas había sido fruto de la labor investigadora de los agentes estatales. Nuestra participación en los hechos se redujo a una simple línea en la que se elogiaba nuestra colaboración con las fuerzas de seguridad “competentes”.
Cuando no hay olvido o no hay ninguneo seguramente nos encontraremos con cuestionamientos sobre nuestra competencia o capacidad para realizar determinadas funciones. Así, por ejemplo, es curioso que cada vez que se publica en algún medio de comunicación alguna noticia relacionada con la policía local, especialmente en los digitales que disponen de foros para que los lectores puedan hacer comentarios, de forma invariable, se produce una línea de discusión cuestionando la competencia o la capacidad de las policías locales para realizar determinadas funciones. En muy pocas ocasiones ocurre eso con otros cuerpos policiales. Es como si hubiera algún interés en colocar a las policías locales como policías de segunda categoría, al menos esa es mi apreciación. Lo que no tiene discusión es que la ley (la ley de fuerzas y cuerpos de seguridad) regula las funciones de cuatro cuerpos de seguridad, todos en la misma ley y con los mismos principios, aunque también es cierto y no hay que olvidar, que existen determinadas funciones específicas de unos cuerpos que no les corresponden a otros, pero también hay otras funciones que ninguna norma veta a ningún cuerpo.
Hace algunas semanas en un blog policial se cuestionaba si las policías son competentes para recibir denuncias (en el título y en el texto de aquel artículo se hablaba de “recepcionar”, un término un tanto rebuscado y cuya utilización pretende, o eso me lo parece, dar cierto caché a algo tan simple como recibir una denuncia de algún ciudadano). Me pareció bastante curioso que en esa ocasión no se cuestionaran las funciones de policía judicial o de seguridad ciudadana, como suele ser lo habitual, sino tan solo una pequeña parte de aquella.
Se partía de aquellos supuestos de ciudadanos que acuden a dependencias de algún cuerpo de seguridad del Estado, después de haber pasado por la Policía Local con idéntica intención. Trataré de desarrollar todo eso en próximas entradas.
Esta interesante lo del blog lo estaré mirando Esta información es muy valiosa gracias y sigan publicando
ResponderEliminarPor lo generla la inmensa mayoria de las Policias Locales no recepcionan denuncias. Unicamente aquellas acogidas al convenio marco.
ResponderEliminarUn saludo
(perdona que use el termino recepcionar, pero le veo ningun significado peyorativo)
¡Enhorabuena por el blog!
ResponderEliminarMuchas gracias por toda tu información.
Todo lo que nos pasa es debido al escaso corporativismo existente en nuestro colectivo, nos perdemos con distintas asociaciones de jefes que además están politizadas y que dependiendo de quién gobierne en cada momento levantan o esconden la cabeza para manifestarse sobre algún asunto concreto.
ResponderEliminarPor otro lado para que nuestro trabajo tenga repercusión, dependemos de los pasos que puedan dar los grandes municipios, porque me consta que en pueblos de menor importancia se están haciendo cosas que a algunos les parecería impensables, lo que ocurre es que no tiene relevancia.
Un saludo.
¡Hola!
ResponderEliminarMe gusta el blog, seguiré en contacto con vosotros. Gracias