29/5/11

INSTRUCCIÓN FRENTE A SITUACIONES DE EMERGENCIA


El trabajo del policía local entraña muchos riesgos. Patrullar diariamente la ciudad para velar por la seguridad de sus vecinos es una tarea que hace que, en muchas ocasiones, se tengan que enfrentar a circunstancias peligrosas para su integridad y para la de otras personas.

Extrapolada esta situación al marco estrictamente laboral, representa un supuesto bastante delicado de riesgos laborales, de los que en pocas ocasiones se habla cuando se utiliza este término, que conduce casi siempre a planteamientos dirigidos a obreros, albañiles y trabajos en altura.

Sin embargo, el del policía es un trabajo en el que, en cualquier momento, puede surgir una circunstancia que ponga en peligro sus propias vidas. Bajo este planteamiento, y en el marco de la constante especialización y modernización del cuerpo, la Jefatura lleva cuatro años llevando a cabo un proceso de formación de todos los agentes que trata de velar por su propia seguridad y por la de los ciudadanos.

Los cursos se llevan a cabo prácticamente a diario, con grupos rotativos de policías, lo que permite que toda la plantilla vaya recibiendo esta formación, de vital importancia para conocer le manejo adecuado del armamento y para saber cómo reaccionar ante situaciones de peligro.

Óscar y Quique son los dos monitores responsables de estos cursos, en los que se ponen a los agentes ante prácticamente todos los supuestos a los que puede que se tengan que enfrentar en algún momento.

Ambos son agentes del cuerpo algecireño, y compaginan sus turnos con los cursos, que para la Jefatura son de suma importancia para mantener el nivel de preparación de los agentes que patrullan las calles del municipio.

Óscar y Quique cuentan con una amplísima experiencia en ámbitos como la defensa personal, la utilización de armamento o las técnicas policiales ante casos de agresión, lo que hace que lleven desde hace años una incansable labor formativa en la Policía Local de Algeciras, en la academia de Los Barrios y en distintos puntos de Andalucía, donde también imparten clases y trasladan sus conocimientos.

Los dos policías son instructores de tiro, también de AFT (defensas extensibles metálicas), los dos han hecho el curso de manipulación de pistolas taser, y cada uno cuenta con una especialización en materia de defensa personal y actuaciones en situaciones de riesgo.

Disparo
Una de las especialidades en las que se centran estos cursos de formación es la utilización de la pistola. Tanto Óscar como Quique son los monitores de los ejercicios obligatorios de tiro en galerías cerradas, pero también llevan a cabo una formación casi diaria para instruir en el manejo del arma.

Esta formación implica los ejercicios de tiro en seco, es decir, la manipulación del arma sin hacer tiros en una galería. Estos ejercicios, que representan la simulación de un disparo, permiten ejercitar determinados supuestos en los que un policía debe estar preparado para controlar la situación.

Desenfunde con rapidez, recarga del arma con destreza, manipulación de la pistola en espacios reducidos, cómo resolver una interrupción, empuñamiento, transiciones de pistola a defensa, trabajos en condiciones de luminosidad reducida...

Pero la instrucción en el manejo del arma se orienta también en estos cursos desde la perspectiva de la prevención de riesgos laborales. El conocimiento del arma, su manejo adecuado, y hasta la colocación de la misma en el cinturón para evitar lesionar al agente en la espalda. Son todos elementos que sirven, y mucho, para el trabajo diario de los agentes.

Defensa
Del mismo modo que se instruye en el manejo de la pistola, otro de los puntos clave de los cursos de formación es la correcta utilización de las defensa, comúnmente como porra.

La Policía Local de Algeciras utiliza utiliza unas defensa semirrígidas de polímero, que también forman parte del armamento de otros cuerpos como los Mossos d’Esquadra o la Ertzaintza, y que en Andalucía son portadas por u número reducido de cuerpos locales, como la Policía de Córdoba.

Estas defensas van personalizadas, con el número del policía, asignadas por un curso de formación, y es un arma mucho más práctica que una defensa habitual. De hecho, representa una avance en profesionalidad, civismo y efectismo, ya que la tradicional porra sirve para pegar, y para nada más.

Sin embargo, este tipo de defensa permiten hacer muchas más cosas, como luxaciones (llaves para reducir a una persona) o inmovilizaciones. Estas prácticas centran buena parte de estos cursos.

Estrés
Una particularidad muy interesante de la formación que realizan estos monitores diariamente son las prácticas que conducen a colocar a los agentes ante circunstancias que se pueden encontrar en el devenir diario de su profesión.

Se trata de la llamada formación bajo estrés. Para ello, además, se está utilizando una parte de las nuevas instalaciones de Los Pinos, que los agentes llaman “la casa del terror”, donde reciben una instrucción en situaciones que les producen estrés y ante las que tienen que reaccionar de manera efectiva.

El procedimiento sigue el conocido como condicionamiento adquirido (el popular perro de Paulov). Se lleva a los agentes a circunstancias extremas de forma constante para que, en el momento en el que se pudieran encontrar en una de ellas, reaccionen de forma natural, controlando la situación.

Así, prácticas habituales y sencillas como un desenfunde del arma, la transición de la pistola a la defensa, el engrilletamiento o la reducción de una persona violenta, se exponen ante una serie de condicionantes que hacen que el agente, víctima de los nervios y del estrés, tenga una menor capacidad de reacción.

Para ello, los monitores utilizan armas simuladas, como cuchillos de plástico, pero que desprenden una descarga eléctrica que produce una sensación similar a un corte de grandes proporciones.

Los agentes tienen que saber desenfundar el arma antes de recibir el castigo, incluso corriendo, marcha atrás, y en un corto intervalo de segundos.

Los resultados de estos cursos son muy satisfactorios. “Los vemos en el día a día, cómo los compañeros nos dicen que han sabido reaccionar ante tal o cual circunstancia gracias a los entrenamientos”, afirman. Óscar y Quique desempeñan una labor incansable, ardua, pero bonita, con la que consiguen que la vida diaria de los policías y de los algecireños sea un poco más segura.

Taser
En el marco de los cursos de formación ante situaciones de riesgo que reciben los policías locales se ha introducido también el manejo en la Policía Local de Algeciras de las conocidas como pistolas taser.

Se trata de un arma diseñada para incapacitar a una persona mediante descargas eléctricas que imitan las señales nerviosas y confunde a los músculos motores, principalmente brazos y piernas, inmovilizando al objetivo temporalmente. El taser dispara proyectiles que administran una descarga eléctrica a través de un cable.

Tanto Óscar como Quique son también operadores de taser, al igual que otros policías de la plantilla, que son los que, desde septiembre del año pasado, los llevan en sus servicios. De hecho, siempre hay, al menos, una patrulla que porta la pistola taser por las calles del municipio.

Es un arma no letal o de letalidad reducida. Según señala el intendente mayor de la Policía Local, Ángel Gutiérrez, “el taser es un tema, como la defensa extensible, un tanto demonizado, porque se conoce poco. A mí me llama mucho la atención que nadie se eche las manos a la cabeza después de que un chaval recién salido de la academia lleve una pistola con un cargador y repuestos de hasta treinta balas, y sin embargo se demonicen armas de letalidad reducida”.

Un taser es un arma que descarga pulsos eléctricos, mediante dardos que descargan un proyectil de un gas inerte. El propio Ángel Gutiérrez fue la primera persona del cuerpo algecireño en conocer sus efectos, ya que se ofreció como voluntario en una demostración.

De hecho, uno de los requisitos para poder usarla es que los policías autorizados han de superar el curso de operador de taser, y para ello tiene que ser “taseados”.

“Están pensadas para salvar vidas. Está pensado como una opción para no tener que usar el arma de fuego”, señala Gutiérrez. No hay muchas circunstancias en las que puedas hacer uso de las taser, ya que, por ejemplo, no es aconsejable cuando haya riesgo de caída de su destinatario.

El policía tiene que estar a una distancia corta, y tiene que haber una situación de riesgo para la integridad física de una persona, y en una situación que no requiera de una intervención tan letal como el uso del arma. No son muchas las circunstancias.

Los taser usados por la Policía Local de Algeciras, en el momento en el que se les quita el seguro, llevan incorporado una web cam que graba imagen y audio de la intervención, la cual se puede presentar en el juzgado en caso de que así se requiera”.

FUENTE:  El Faro Infomación

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